La estética facial es considerada el arte del embellecimiento, rejuvenecimiento y recuperación de la tersura de la piel del rostro, mediante la aplicación de tratamientos no invasivos, es decir, sin cirugías.
Su objetivo principal es la satisfacción de las personas que quieren eliminar defectos de la piel que les hacen sentir incomodidad.
Se trata de una molécula producida de manera natural por nuestro organismo y que se encarga de almacenar agua para mantener hidratada la piel. Además de combatir los radicales libres que dan origen a las líneas de expresión. Su efectividad es tan alta que dentro de la medicina estética es muy utilizado para eliminar esas primeras arrugas, además es útil para hidratar los labios y mantener su forma natural.
Después de los 27 años de edad la producción natural de ácido hialurónico va disminuyendo y afecta negativamente el aspecto de nuestra piel y los rasgos faciales.
El procedimiento consiste en inyecciones en zonas específicas del rostro, como en comisuras, labios, arco de cupido, surco nasogeniano, líneas de marioneta, mentón y pómulos.
Lo más destacado del tratamiento de ácido hialurónico es que es indoloro, muy rápido de realizar y no exige ningún tiempo de reposo para el paciente. Además de no presentar ningún efecto secundario, por lo que es considerado muy seguro.
También conocidos como hilos mágicos faciales o hilos japoneses, los hilos tensores son filamentos del grosor de un cabello y fabricados con materiales biocompatibles. El más habitual es la polidioxanona (PDO), un material reabsorbible, hipoalergénico y muy utilizado en las suturas de cirugía cardíaca.
Los hilos tensores ayudan a tensar y recolocar la piel que se ha descolgado por la edad. De este modo, proporciona a la dermis una mayor firmeza y tersura, elevando los tejidos faciales. Por su efectividad, es uno de los tratamientos antiaging más demandados.
Ahora bien, la acción de los hilos tensores va más allá, ya que también trabaja a nivel subcutáneo. En este sentido, hay que tener en cuenta que la polidioxanona estimula la producción natural de elastina y colágeno alrededor de las hebras insertadas. El resultado es un lifting facial sin cirugía, con lo que se logra disminuir la flacidez y recuperar la firmeza y la elasticidad de la piel. Estará mucho más suave y luminosa, visiblemente rejuvenecida.
Los efectos del calor, del frío y de la edad provocan la falta de brillo y firmeza en nuestro rostro. Por eso, es necesario cuidar la piel todo el año. Las cremas comerciales tienen un nivel de concentración de principios activos muy baja en comparación a las vitaminas inyectables. Por lo que este tratamiento es perfecto para mantener nuestra piel a raya.
Las vitaminas son una combinación de ácido hialurónico, vitaminas A, C y E, entre otros componentes, que dotan a la piel de máxima hidratación y luminosidad al instante. El procedimiento es mínimamente invasivo e indoloro. Se realizan unas microinyecciones en diferentes puntos del rostro para reactivar el metabolismo biológico de los fibroblastos, haciendo que la piel recupere gran parte de su frescura. Es un tratamiento de nutrición dérmica que trae como resultados una piel rejuvenecida, nutrida y luminosa al instante.